Hoy María Laura entrevistó a la Dra. Cecilia Ousset, la médica tocoginecóloga tucumana que participó de la cesárea a la chiquita de 11 años que fue violada (y quedó embarazada) por la pareja de su abuela. Y recién a la semana 23 se le practicó esta intervención.


“Era imposible que continúe el embarazo porque la niña se iba a morir”

“Una nena a los 11 años tiene peligro de muerte porque no tiene el cuerpo desarrollado para continuar el embarazo”

“La idea era salvarle la vida a la nena. Fue por las condiciones obstétricas de la madre y no para salvar -como se dice- las dos vidas”

“Había llegado al hospital con 2 intentos de suicidios. En el momento de la operación la niña tenía la presión alta”

“La niña tenía 17/12 de presión arterial, era una situación de emergencia”

“La nena jugaba con muñequitas. Cuando la vi se me aflojaron las piernas, era como ver a mi hija menor. La chiquita no entendía del todo lo que iba a pasar”

“Para sacarle la ropa hubo que dormirla. Era imposible que sea por vía vaginal en ese cuerpito”

“Todos se declararon en ese momento objetores de conciencia, con una niña de 11 años, con una alta presión arterial, violada, llorando, con su madre llorando a la par. Tuve que instrumentar a mi esposo”

“Cuando llegamos al quirófano no terminó la pesadilla. Mientras contenía a la niña, creía que la Jefa de Servicios iba a ayudar en la operación a mi esposo, el doctor Gijena, pero nadie lo ayudó”

“A la niña de 11 años la obligaron a seguir gestando”

“La niña está en buen estado general. A las 26 semanas el recién nacido tiene un 50% de probabilidad de vida. La interrupción se hizo a las 23 semanas y pesó 500 gramos”

“Eso es faltar a todas las normas en la atención de una paciente. Ayer se le salvó la vida a esa niña, que nunca debió haber llegado a las 23 semanas de edad gestacional”

“El anestesista de guardia también se declaró objetor de conciencia, y tuvo que venir un anestesista de la Maternidad”


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