Entrevista a María Servini de Cubría
“El trabajo es mi vida”
Cumplió 80 años y tiene 43 en la Justicia ¿Cómo se viven los 80?
No me interesa el número porque considero que no es la edad que uno tiene sino la edad que uno siente y cómo está. Como yo estoy con gente joven, no me doy cuenta la edad que tengo.
¿Se siente de 40 años?
No de 40, pero sí de 60 años. Es mi forma de ser, tengo mucha actividad y mucho aguante.
¿Es la Mirtha Legrand de la Justicia?
Debo ser, de la Justicia Penal, la que más años tiene.
¿Cuántas horas trabaja?
Muchas horas, sobre todo de noche. He trabajado 48 horas sin parar. En día de elecciones, trabajo desde las 6 de la mañana hasta las 4 o 5 del día siguiente, depende de la hora en que termine la elección.
¿Hizo algún balance cuando cumplió años?
No, porque no me siento de 80. Mis amigos son de la edad de mi hijo.
Hizo una gran fiesta, ¿cómo estuvo?
A mí no me gusta festejar. La pase muy bien. Mis hijos invitaron a toda la gente que quiero.
¿Le gusta mucho viajar?
Sí, viajo todo lo que puedo y me gasto todo lo que gano en viajar. Roma y Río de Janeiro son como mi segundo hogar.
¿Quiénes le dicen Chuchi?
De chica me lo pusieron en San Nicolás. Así me dicen mis hijos y nietos. Cuando vine a Buenos Aires recién casada -me casé con un Capitán de la Fuerza Aérea- dije: “me voy a llamar María”.
Tiene fama de dura, ¿le gusta tener esa fama, la representa?
En función soy dura, reconozco que sí. Ojo, yo escucho a todo el mundo porque uno se puede equivocar. Me gusta reunirme con mi equipo y que me digan lo bueno y lo malo y luego evalúo, no me dejo llevar por una sola opinión. Me gusta escuchar a mi grupo. Ahora, como persona soy muy sentimental y cariñosa.
Entró a la Justicia como defensora oficial
Entré el 6 de marzo de 1974. Fui dos años defensora oficial, la primera en ir a la cárcel de Devoto, guardo como recuerdo la copia de los libros de mis visitas, me gustó mucho. Pasé a ser Jueza de Menores, estuve 9 años y después me tocó subrogar un Juzgado de Instrucción vacante con la causa de secuestro de los Puccio. Fueron los años de trabajo más lindos: es un tipo de delito en el que podés investigar y hacer.
En la Justicia, ¿cómo vive una mujer el machismo?
Cuando era jueza de menores era la única mujer. Nos juntábamos todos, alrededor de 40, y cuando yo proponía algo nadie me llevaba el apunte. Entonces me las ingeniaba, me sentaba al lado de algún juez que
tuviera mucho predicamento y le decía: “decí esto”. El lo decía y se cumplía. Porque era hombre, si lo decía
yo no pasaba nada.
¿No le ofendía la indiferencia de los otros?
No, nunca. Sabía conseguir lo que quería. Hace algunas semanas dijo que ahora sí se podía investigar, ¿qué fue lo que cambió? En el gobierno anterior los organismos del Estado no te contestaban, se podían investigar determinadas cosas, pero te quedabas con parte de la investigación bloqueada.
¿Eso pasó en los 12 años de los Kirchner?
Más en los últimos años. Pero ojo, a mí nadie me ha dicho “tenés que hacer tal cosa”. Además, jamás le llevaría el apunte.
¿No había presiones, llamados, sugerencias?
Algún amigo… alguna cosa… Pero no tuve causas trascendentes, acordate que yo siempre me quejaba que era juez de Paz con competencia.
¿Por qué todas las causas que podían perjudicar al gobierno de los Kirchner le caían a Oyarbide en los sorteos? Dijo que en los sorteos había cosas raras.
No puedo hablar de eso porque lo estoy investigando y estoy en plena pericia. Quizás las pericias dicen otra cosa y da la casualidad que fuera Jueza de Paz…
Ahora tiene causas sensibles para el kirchnerismo.
Algunas sí.
¿Fue la primera jueza en restituir nietos de desaparecidos?
Estuve muy orgullosa: en 1976, Cecilia Méndez y en 1977, Emiliano Huaravillo. A él lo vi crecer. De grande filmó un documental de su vida y parte del documental lo quiso filmar conmigo. No sabés la emoción que tenía, se me caían las lágrimas. Lo tuve en mis brazos, lo vi chiquito: ahora mismo me emociono.
No existía el análisis de ADN, era un trabajo de hormiga. Se trabajaba tan distinto… Pero la intuición hacía que uno lo entregara cuando lo tenía que entregar. Hace poco recibí una carta de una chica a la que di en adopción. No era hija de desaparecidos. Su madre la entregó por cuestiones especiales, yo la conocí. En la carta me agradece la familia que le di, no sabés la emoción que me dio. La tengo en el portafolio.
¿Qué se puede saber hoy sobre la causa de la efedrina, del Triple crimen?
Estamos tratando de que una parte vaya a juicio oral y seguir investigando la otra parte. Estamos con el tema del Triple crimen ahora. Avanza y no avanza. Es un jeroglífico, entrás en un laberinto. Pero con tiempo vamos a salir. Tengo mucha gente trabajando, interesada en que se esclarezca.
¿Qué pasará con su actividad en el futuro?
Todos se ríen y dicen: “vos vas a ser como Fayt”. Mientras yo esté bien, voy a seguir trabajando. A mis secretarios les digo que le avisen a mis hijos para que me jubilen el día que vean que no cumplo con mi tarea.
Mi papá, con su estudio, trabajó hasta los 88 años, trabajó hasta que se murió.
El juez Carlos Fayt también.
Fayt dejó de trabajar y luego murió.
¿O sea que el trabajo es lo más importante para Ud.?
Mi familia y luego el trabajo, el trabajo es mi vida. Hace días estuve en un allanamiento desde las 2 AM hasta las 5 AM con frío y fue volver a vivir porque eso hacía cuando estaba en Instrucción. Ahora es diferente, no tenés que estar en todos los lugares. Extrañaba esa parte. En la causa Puccio estuve presente cuando se los detenía. El Ministro de Justicia tendría que conversar con nosotros y no andar cambiando sistemas.
Tiene que consultar con la gente que los aplica.
¿Los políticos no hablan con la gente que aplica la ley?
No se consulta. Ahora hay un malestar tremendo con la ley de flagrancia porque nadie se preocupó en ver si se puede hacer, si hay infraestructura o no. ¿Por qué sale tanta gente en libertad? Porque no hay dónde tenerla detenida. Que no digan: “los jueces son benignos para esto”; tenemos que ser benignos porque no tenemos dónde dejar una persona detenida.
¿Entonces no los liberan porque son garantistas, porque piensan como Zaffaroni?
No. Yo no pienso como Zaffaroni, pero tengo que ser lo más abierta posible. Se tienen que preocupar por ver las condiciones de detención para contener esta gente y después recién reformar las leyes.
¿El Poder Legislativo y Ejecutivo no conversan con el Judicial?
Lógico. No te consultan. Por ejemplo, ahora con la reforma de la Ley Electoral, a mí ni me llamaron para preguntarme nada, ni a mí ni a nadie. Llaman sólo a los dos camaristas, pero ellos no hacen la elección.
¿No consultaron a ninguno de los jueces electorales?
A ninguno, hay lugares donde las urnas van en un burro y otras donde van en lancha, las condiciones de las escuelas y de la gente son totalmente diferentes en cada distrito. Hay zonas donde es imposible que vos consigas electricidad y gente que entienda de electrónica.
¿Cómo pasa la Navidad? ¿Prepara regalitos para sus nietos?
He pasado muy lindas navidades y fiestas de Fin de Año. Desde que mis hijos se separaron, vamos viendo qué hacemos. A los chicos les doy plata, los regalitos los compro cuando vuelvo de viaje. Año Nuevo lo paso en Río de Janeiro hace años con una amiga.
Lúcida. Divertiva. Firme. Jóven.